miércoles, 22 de junio de 2011

70 años de BARBARROJA - La Locura de Stalin



22 de junio de 1941.


Hoy hace 70 años del inicio de la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética por la Wehrmacht de Hitler.


No es motivo de fiesta pero si algo para recordar, especialmente cuando al comentar la jugada entre los compañeros de trabajo nadie tenía ni idea de lo que significaba ese nombre. Sin duda ha llovido mucho desde que pasaron por la tele aquella excepcional serie documental "El mundo en guerra".


El caso es que para recordar aquellos hechos se pueden leer multitud de libros y yo mismo debo tener una docena por lo menos.


Entre ellos, uno muy interesante y que además narra la historia desde el otro lado de la colina. Esto es porque la gran mayoría de estudios siempre han sido escritos desde un punto de vista occidental o alemán ya que los archivos rusos permanecieron cerrados a cal y canto hasta hace justo 20 años. (aunque desgraciadamente parece que vuelve a ser muy difícil acceder a ellos).


"La locura de Stalin" de Constatine Pleshakov narra en detalle los diez primeros días del frente oriental.


El autor defiende la tesis revisionista de que Stalin no fue engañado sobre las últimas intenciones belicosas de Hitler, aunque siempre pensó que el ataque no sería hasta mucho más tarde.


Stalin a su vez estaba planeando un ataque preventivo en Polonia y los Balcanes para 1942. Aunque esta tesis ya había sido apuntada con aterioridad, ahora el autor pretende probarlas con las nuevas fuentes documentales.


Sin embargo los alemanes golpearon primero y el resultado fue un desastre militar de proporciones bíblicas.


El libro, bien equilibrado, pasa en la narración por los diversos puntos de atención. Por el Kremlin, donde Stalin se negaba a reconocer sus errores y Zhukov luchaba por mantener la cabeza sobre los hombros rodeado de un Stalin peligrosísimo en la desesperación y una derrota catastrófica. Y de allí al campo de batalla, pasando por los soldados de todos los rangos desde infante a general, para repasar sus experiencias en el caos de la batalla y la derrota.


Narra la destrucción de los ejércitos soviéticos de primera línea y cómo los informes caóticos del desastre iban llegando a Moscú provocando tanto reacciones desesperadas, como órdenes estúpidas, así como parálisis y aturdimiento.


Uno de los momentos que más me impactaron del libro es cuando tras la captura alemana de Minsk, Stalin sufre un aparente desmayo y claramente espera ser derrocado. Molotov, Beria, Malenkov, Mikoyan y Voznesensky se reúnen para decidir cómo lograr que Stalin vuelva a la actividad y la duda del posible cambio de mando planea sobre todos. Cuando van a la dacha de Stalin para pedirle que concentre todos los poderes, sin duda Stalin respira aliviado porque esperaba precisamente todo lo contrario.



El régimen de terrror de Stalin le había salvado, todavía le temían...




1 comentario:

МаксимС dijo...

Terrible date for the entire Russian people.